El bruxismo

Se trata de contracturas anárquicas de los músculos masticadores de origen reticulado que se traducen en crispaciones y rechinamiento de dientes. Algunos autores, como Shore, lo consideran una tentativa inconsciente de reequilibración oclusal.

Es frecuente encontrar un terreno neurótico o espasmofílico.

Nota: La boca y la cara poseen un significado psicológico muy profundo. La boca es la primera fuente de gusto (mamar y alimentarse) y también la primera arma de defensa (morder); más tarde sigue jugando un papel importante en la expresión de deseos sexuales, pero también de cólera (gritos) o de determinación (crispaciones). La boca interviene en la atracción sexual, y toda alteración de la apariencia o de la función de esta región puede prolongarse en ramificaciones psicológicas profundas.

La causa local desencadena las contracturas anárquicas, que se plasman en crispaciones estáticas o rechinar, movimientos en lateralidad o en propulsión. Estas manifestaciones son más frecuentemente nocturnas.

El bruxismo es fuente de desórdenes dentales:

  • Maloclusión.
  • Dismorfias.
  • Disfunciones.
  • Lesiones anatómicas (fisuras, abrasiones o rizolisis).
  • Trastornos del paradonto (migraciones dentales, alveolisis o resorciones lacunares).
  • Disfunciones de la articulación temporomandibular: trastornos de la sinergia de los músculos masticadores.

La tensión emocional, el dolor o las interferencias oclusales originan un aumento del tono de los músculos masticadores.

La hipertonía de los músculos masticadores puede ser debida:

  • A una hiperactividad gamma bajo la influencia del sistema nervioso central.
  • A un desequilibrio local de los diferentes elementos funcionales de este sistema (dientes, articulaciones temporomandibular o músculos). Este incremento de la actividad neuromuscular puede provocar lesiones de la articulación temporomandibular, dolores y una incomodidad de los músculos bajo tensión (mialgias).

Eggen reporta que de 136 casos de bruxismo estudiados, el 37% tenía dolores de espalda, de la nuca y del occipucio, de los hombros o cefaleas.

LAS TÉCNICAS OSTEOPÁTICAS PARA LA ARTICULACIÓN TEMPOROMANDIBULAR

DIFERENTES TÉCNICAS OSTEOPÁTICAS

En Osteopatía hay numerosas técnicas, cada una con sus efectos e indicaciones.

Clásicamente se citan oponiéndose dos familias de técnicas:

  • Las técnicas funcionales.
  • Las técnicas estructurales.

TÉCNICAS FUNCIONALES

Su principio consiste en ir en el sentido de la disfunción, en el sentido opuesto a la “barrera” (limitación), que es el sentido de la facilidad hasta el punto neutro de movilidad, y en mantener esta posición de equilibrio tridimensional hasta obtener la liberación total de los elementos periarticulares.

Estas técnicas van en el sentido de la reducción del espasmo muscular. Permiten que se produzca en el nivel medular un silencio neurológico sensorial que da lugar a la normalización segmentaria del tono muscular.

TÉCNICAS DE CORRECIÓN DE LOS PUNTOS TRIGGERS

  • Condiciones previas

Hace falta primero equilibrar:

  1. La pelvis.
  2. El raquis toracolumbar.
  3. Los diafragmas, escapular, respiratorio y pélvico.
  4. Las cervicales.
  5. Los tejidos blandos del cuello.
  • Objetivo

Consiste en suprimir las aferencias patológicas responsables de una facilitación de los influjos que mantienen el arco reflejo neurogénico (suprimiendo el dolor del triggers, se rompe el arco reflejo).

  • Principios

Son los empleados por L. Jones en su técnica de corrección espontánea por el posicionamiento:

  1. Palpar bilateralmente con dos dedos a lo largo de las suturas ejerciendo una presión equivalente de los dos lados para poner en evidencia los puntos dolorosos.
  2. Mantener la presión sobre el punto doloroso encontrado para desencadenar el dolor.
  3. Buscar la posición indicada por el movimiento respiratorio y sus lesiones que hace desaparecer totalmente el dolor bajo el dedo y mantener durante 90 segundos.
  4. Devolver al hueso su posición neutra.
  5. El dolor debe haber desaparecido totalmente después del tratamiento

TÉCNICAS ESTRUCTURALES

Son todas las técnicas, cualquiera que sea el tejido al que se dirigen, que van en el sentido de la barrera, contra la restricción de la movilidad.

Estas técnicas obedecen a la regla del no dolor. Sus principios generales consisten en ir en el sentido de la restricción de la movilidad para liberar las adherencias y regular el tono muscular imprimiendo una fuerza suplementaria por parte del terapeuta o del paciente (contracción muscular isométrica) con el fin de restaurar la función y la movilidad articular fisiológica.

  1. Técnicas rítmicas
  • Stretching de los músculos, de las aponeurosis y de los ligamentos

    La metodología varía en función de las diferentes zonas vertebrales; la regla básica que hay que retener permanentemente para relajar los músculos superficiales y las fascias consiste en que siempre se ha de aplicar una fuerza de estiramiento, suave pero firme, en ángulo recto a las fibras musculares de la zona que se trata.

  • Movilización pasiva con puesta en tensión de los elementos periarticulares o técnicas de articulación

    Resultan indispensables en todo buen tratamiento osteopático a causa de su eficacia en la zona lesional. En algunos casos muy agudos serán las únicas que el paciente pueda soportar al principio del tratamiento.

    Sus objetivos son:

    • Relajar las tensiones musculares profundas y luchar contra la hiperactividad gamma y el espasmo muscular.
    • Traer sangre “nueva” a la zona afectada.
    • Facilitar el drenaje de la zona de estasis sanguíneo y linfático.

    Para ello, estas técnicas son útiles tanto sobre músculos hipotónicos como hipertónicos.

    Las técnicas de articulación deben poder ser aplicadas en las mismas posiciones que las de estiramiento: la colocación del terapeuta y la del paciente y el contacto de aquél tienen que permitirle pasar:

    • Del estiramiento a una técnica de articulación.
    • De la técnica de articulación al thrust.

    Ésta es la progresión lógica de todo tratamiento.

    En las técnicas de articulación, el osteópata dirige más su atención sobre los músculos monoarticulares, los ligamentos y las cápsulas  articulares de las carillas: hay muy poca diferencia en la colocación de las palancas en una técnica de articulación y en otra de thrust; la distinción reside en que la fuerza correctora no se aplica; el terapeuta se contenta con aplicar de forma rítmica las palancas hasta la relajación de los tejidos.

    Este tipo de técnicas es particularmente útil en caso de fibrosis y de cronicidad, pues posibilita romper las adherencias y luchar contra la fibrosis.

  • Técnicas de músculo energía

Usan contracciones musculares isométricas: la articulación es movilizada hasta la “barrera motriz” (sensación de resistencia debida al estiramiento del músculo) en los tres planos del espacio. El  paciente empuja en la dirección opuesta mientras que el osteópata resiste el movimiento; después gana en amplitud.

  • Técnicas de thrust

En ningún caso han de ser realizadas fuera de los límites fisiológicos de las amplitudes de los movimientos: en las técnicas de thrust, si se emplea una velocidad suficiente, puede obtenerse la separación de las carillas articulares incluso en el medio de las amplitudes articulares.

La puesta en tensión reductora debe respetar los ejes de los desplazamientos y los planos articulares: el thrust tiene que resultar breve, de corta amplitud, para no provocar traumatismos; asimismo ha de ser muy rápido para sorprender las defensas musculares.

PAPEL DE LAS TÉCNICAS

Acción sobre los músculos

Músculo energía, estiramiento, técnicas funcionales o thrust: la elección de la técnica variará según el tipo de problema presentado por el tejido diana:

  • Si el músculo se encuentra hipotónico, los estiramientos o las técnicas funcionales no tendrán efectos mientras que, por el contrario, el músculo energía, las técnicas neuromusculares o los thrusts serán eficaces.
  • Cuando el músculo está hipotónico, muy espasmado, el stretching, la inhibición o las técnicas funcionales permitirán “retirar energía” y reducir el tono, mientras que el thrusts resultarán ineficaces y difíciles de emplear.

Acción sobre los ligamentos

Sólo son útiles las técnicas de bombeo, de articulación y de estiramientos.

Acción sobre las cápsulas articulares

Únicamente resultan eficaces las técnicas de thrust, que estiran la cápsula, lo que estimula a los receptores de Ruffini, así como a los músculos, y, a su vez, a los receptores de Golgi.

EFECTOS DE LAS MANIPULACIONES: OBJETIVOS DE LAS DIFERENTES TÉCNICAS

Se pretende reducir la frecuencia de descarga del sistema gamma responsable de la tracción crónica intrafusal para restaurar la movilidad articular.

  • Técnicas funcionales

Abarcan las técnicas de Hoover, Johnston, Jones y Sutherland.

El acercamiento de las inserciones del músculo espasmado reduce su tensión, la disparidad entre fibras intra y extrafusales disminuye y, de este modo, el sistema nervioso central reduce la actividad gamma, lo que permite al músculo relajarse.

En estas técnicas es importante al terminar el tratamiento devolver lenta y pasivamente el segmento a la posición neutra para no relanzar la hiperactividad gamma del huso neuromuscular.

  • Técnicas de tejidos blandos

El estiramiento rítmico y forzado del músculo se trasmite a los husos neuromusculares, por lo que el sistema nervioso central se ve obligado, por protección, a disminuir la actividad gamma. Por otra parte, los receptores tendinosos de Golgi y de Ruffini en las fascias provocan una inhibición de las motoneuronas alfa y gamma.

  • Técnicas de músculo energía

En las técnicas de Mitchell, durante la contracción isométrica se origina una estimulación de los husos neuromusculares y de los órganos tendinosos de Golgi: con cada nuevo incremento de longitud, los husos neuromusculares se van estirando y poco a poco recuperan su longitud inicial; los receptores anuloespirales cesan entonces de descargar:

Se obtienen resultados idénticos empleando la contracción isométrica de los músculos antagonistas mediante el principio de la inhibición recíproca de Sherrington.

  • Técnicas de thrust

El thrust provoca el estiramiento de las cápsulas articulares (corpúsculos de Ruffini) y de los músculos monoarticulares (corpúsculos tendinosos de Golgi), lo que lleva hacia la médula espinal un reflejo aferente; dicha médula responde inhibiendo las motoneuronas alfa y gamma.

LAS TÉCNICAS DE ACUPUNTURA PARA EL BRUXISMO

Como se comentaba en el inicio, en el fenómeno de bruxismo, existe una gran implicación del sistema  nervioso, siendo este, posible causa de dichas disfunciones.

Desde el punto de vista de la técnica del agujamiento podríamos incidir directamente sobre este sistema, o incluso sobre el dolor local de los nervios que acuden a los músculos dañados o en disfunción.

  • Actuación sobre el sistema nervioso autónomo.

Cuando apretamos la articulación de la mandíbula por las noches, entra en actuación el sistema nervioso simpático, el cual activa la contracción muscular. Actuando sobre los plexos nerviosos que rigen dicho sistema, podemos normalizar su acción y activar la acción inhibitoria de su antagónico, el sistema nervioso parasimpático.

  • Actuación sobre el sistema nervioso periférico

Los músculos afectados en el fenómeno del bruxismo más habitualmente, son los músculos masticadores. Dichos músculos están inervados por pares craneales, los cuales pueden ser estimulados por técnicas de agujamiento para normalizar su función.

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