Es una terapia inductiva de alta energía que crea campos electromagnéticos de aproximadamente 3 Tesla (600 veces más fuerte que una barra magnética normal) y estimula las células nerviosas, el tejido musculo esquelético y los vasos sanguíneos de una zona específica de nuestro organismo.

Las ondas electromagnéticas que pasan a través de los tejidos mejoran su capacidad funcional, acelera el proceso de regeneración de los mismos, activa la circulación sanguínea y el tono muscular.

Esta terapia irá dirigida al tratamiento del dolor y a la recuperación de tejidos dañados:

• Patologías del raquis como son hernias, protrusiones, ciatalgias…
• Patologías del hombro como son el hombro congelado, bursitis…
• Patologías del suelo pélvico.
• Enfermedades reumatoideas, como la artritis reumatoide.
• Neuropatías, como el síndrome del túnel carpiano.
• Regeneración de tejidos.
• Edemas óseos y fracturas.
• Roturas fibrilares.
• Esguinces.
• Tendinopatías.

Es una terapia NO invasiva, de aplicación local y se basa en la interacción de estas ondas magnéticas y nuestro organismo por lo que no es dolorosa y los efectos de la misma se podrá notar en cada sesión.

La terapia inductiva trata partes muy específicas de su organismo, lo que evita tener efectos secundarios propios de otras terapias de aplicación sistémica.

Hablamos de una terapia natural, una terapia basada en interacciones existente entre ondas magnéticas y nuestro organismo. Para este tratamiento no hay una preparación previa, no serán necesarios pinchazos en articulaciones o movilizaciones dolorosas, como en otros tratamientos.

La terapia inductiva es un método no invasivo y en algunos tratamientos el aplicador del sistema súper inductivo se puede situar por encima de la ropa.

Lo mejor es que sus efectos son notables al final de cada sesión, aunque se necesitan un número de sesiones en base a cada patología de manera efectiva y global.