Bursitis de cadera

¿Qué es?

La bursitis de cadera se produce ante la inflamación de cualquiera de las dos bursas que se ubican en esta articulación: el trocanter mayor (bursitis trocantérea), que recubre la cabeza del fémur, y el psoas-ilíaco, situada en la parte interna de la articulación (en la región inguinal). Lo más habitual es que la bursitis afecte al trocanter mayor.
Las bursitis de cadera pueden ser agudas, si aparecen en cuestión de horas o días, o crónicas, si se repiten los episodios agudos o se produce una lesión de cadera. En este caso los episodios pueden durar varias semanas. Con el tiempo la bursa se puede endurecer, lo que ocasionará que los episodios de bursitis sean más prolongados, limiten la movilidad de la articulación y, como consecuencia, se produzca una atrofia muscular.

Los síntomas característicos de la bursitis de cadera son los siguientes:

  • dolor: en los primeros días suele ser agudo y luego se hace progresivamente más sordo y molesto. Es habitual sentirlo al levantarse de una silla o de la cama, si se duerme apoyando el cuerpo sobre el lado de la articulación afectada o si se permanece sentado durante un tiempo prolongado. Afecta a la articulación per sé, pero también es posible que se note al presionar sobre la piel
  • inflamación
  • sensación de calor en la zona de la articulación.

Las causas de la bursitis de cadera pueden ser mecánicas o patológicas:

  • estrés de la articulación producido por movimientos reiterados o posturas inadecuadas continuadas (presión sobre la articulación)
  • lesiones de cadera
  • escoliosis de la columna vertebral
  • desarrollo de espolones sobre los huesos de la articulación
  • diferencia en la longitud de ambas piernas
  • artritis reumatoide
  • gota
  • diabetes
  • infecciones bacterianas, frecuentemente por estafilococos.

El tratamiento de la bursitis de cadera contempla diferentes aspectos, algunos de los cuáles dependerán de cómo evolucione o si se trata de una bursitis crónica:

  • en tanto el dolor se mantenga en su fase aguda, se debrá mantener la cadera en reposo el mayor tiempo posible
  • para el dolor y la inflamación se utilizarán antiinflamtorios no esteroideos (AINE)
  • los primeros días es recomendable aplicar frío sobre la articulación en sesione de 10-15 minutos, tres o cuatro veces al día
  • una vez que el dolor empiece a mitigarse se podrá iniciar a mover la articulación o, llegado el caso, un tratamiento de fisioterapia
  • si a pesar del tratamiento se mantiene la bursitis, se pueden realizar infiltraciones con corticoesteroides
  • la cirugía es la última opción cuando han fallado todos los tratamientos anteriores y se realiza para extraer la bursa.

Nuestro tratamiento consiste en:

Epi® para activar los músculos débiles y mejorar el estado general de los tejidos de alrededor.

Neuromodulación y physicalm para reducir el dolor del paciente.

Vacusport para mejorar la circulación de las piernas y que el tejido se regenere mejor.

Actividad física terapéutica para mejorar la funcionalidad del paciente.

Onda de choque focales para mejorar el dolor y disminuir la fibrosis.

Bruxismo