La pubalgia se suele producir por una sobrecarga muscular causada por un sobreesfuerzo de movimientos repetitivos o continuados propios de la práctica diaria del deporte al máximo rendimiento.
En el caso de los futbolistas, el golpeo del balón, los movimientos forzados, los saltos con caídas descompensada, los cambios de velocidad y las constantes frenadas, así como el exceso de partidos son factores desencadenantes. Por supuesto, una mala preparación física o no haber calentado correctamente antes de la práctica deportiva son factores que pueden favorecer su aparición.
También algunas características anatómicas propias de cada persona pueden estar en la raíz de la pubalgia, que también se puede producir como consecuencia de accidentes con traumatismos en la zona del pubis, por microtraumatismos reiterados, la práctica deportiva en superficies no idóneas o por el uso de anabolizantes.