La contractura representan a una de las alteraciones musculares más frecuentes, si no, la más frecuente. Consiste en una contracción muscular inconsciente y permanente, provocando el aumento del tono muscular, que el individuo, es incapaz de relajar de manera voluntaria.
Contractura
Causas
Existen dos causas que las puedan provocar, la más común, la resultante de un trabajo muscular excesivo, ya sea en intensidad o en duración, por ejemplo, un exceso de entrenamiento deportivo o, el mantenimiento prolongado de posiciones corporales incorrectas.
En relación con las posturas incorrectas que producen contracturas, podemos mencionar las contracturas de origen tensional, estas contracturas son la consecuencia de la adopción de una actitud postural protectora derivada de lo que denominamos estrés. Esta postura se caracteriza por la elevación de los hombros y la anteversión de los mismos, ocasionando el típico dolor difuso en la parte alta de la espada y región cervical.
El otro tipo de contractura es la de origen traumático. Se denomina contractura postraumática y es la consecuencia de un traumatismo o accidente. Los accidentes son bruscos en su aparición y, es ésta circunstancia la que desencadena un acto reflejo que contrae fuertemente la musculatura con el fin de proteger otras estructuras corporales. En el caso del famoso “Síndrome del latigazo cervical”, se produce una contracción muscular extremadamente intensa de la musculatura cervical para proteger a la columna.
Finalmente debemos considerar que las contracturas tensionales son ideales para trabajarlas con quiromasaje, no representando ningún tipo de contraindicación. No diremos lo mismo de las contracturas postraumáticas, que representan una situación de exclusión de la técnica debido a su posible implicación en el enmascaramiento de una lesión importante, hay que pensar que pueden estar estabilizando un segmento o región corporal impidiendo el desencadenamiento de una lesión grave. Nunca trabajaremos las contracturas postraumáticas hasta tener el diagnóstico médico que lo permita.
Síntomas
- Dolor y rigidez articular y muscular
- Movimientos reducidos
- Debilidad muscular
- Uso limitado de la zona afectada
Tratamiento
- Técnicas de terapia manual, como estiramientos, masaje, osteopatía y técnicas miofasciales, microacondicionamiento (para la reducción del dolor) en la zona local de dolor o las zonas adyacentes que puedan ser posible causa.
- Técnicas de punción con aguja como neuromodulación (electroacupuntura) para el dolor y EPI® para la regeneración del tejido.
- Onda electromagnética (Physicalm) para reducir el dolor.
- Diatermia para mejorar el metabolismo de los tejidos y relajarlos, acompañando siempre de la terapia manual.
- Ondas de choque focales para la eliminación de las adherencias de tejidos.
- Ejercicio terapéutico en la unidad de Readaptación.